Raymundo Barradas.
Lázaro Cárdenas, Mich.- El puerto de Lázaro Cárdenas puso en operación una planta para el tratamiento de las aguas residuales consciente de que cuando se gestionan de manera adecuada y sostenible se logra cumplir con el cuidado de este recurso natural.
Se instaló en el Malecón de la Cultura y las Artes, con un sistema de AIRLIFT que usa aire para elevar agua hasta la superficie, lo que permite la extracción de los lodos en exceso aprovechando el soplante de aire, sin necesidad de utilizar ningún tipo de bomba.
De esta forma se podrá realizar las operaciones de mantenimiento (extracción de lodos) sin necesidad de contratar una empresa especializada para el retiro.
La última etapa del proceso es el sistema de desinfección con ozono, elemento que funciona como el desinfectante más potente entre todos y con esto se garantiza la completa eliminación de cualquier bacteria, espora y virus, presentes en las aguas residuales tratadas.
Cuenta con un tanque de tamizado-trampa de grasas, tanque de lodos activados, un tanque de sedimentación secundaria, 10 sopladores, desinfección con ozono y un panel de control.
Los usos que se da a las aguas residuales ya transformadas para un proceso de reutilización son muy diversos, aunque predominan los usos para todo tipo de riegos y los usos para recarga artificial, como el sistema de riego implementado ahora en el Malecón.
El agua residual, antes de su reutilización, se somete a un tratamiento de regeneración para alcanzar los niveles de calidad sanitaria y ambiental necesarios en apego a la normativa vigente.
Uno de los principales beneficios es el costo bajo de mantenimiento que requiere esta planta de tratamiento y del consumo de hipoclorito de sodio, ya que el generador de ozono solo necesita una revisión y mantenimiento anual, con sustitución de filtros y conductos de aire y ozono.
Los sopladores de aire son de bajo consumo, permite un notable ahorro de energía eléctrica, la limpieza de la trampa de grasas y de la rejilla del tanque de tamizado depende de la cantidad de grasa y de materiales no biodegradables presentes en las aguas residuales y en condiciones normales es aproximadamente cuatro veces por año. No desprenden malos olores.