Por Joel Nunes*.
Veracruz, Ver.- Las amenazas de fraude cambian constantemente y en el tiempo de pandemia que vivimos, los estafadores encuentran nuevos métodos de ataque para aprovecharse de las personas bajo estrés que son más vulnerables. Los delincuentes se han hecho pasar por miembros de agencias de salud para aplicar estafas de ingeniería social, incluidos correos electrónicos y solicitudes de donaciones falsas, así como llamadas telefónicas fraudulentas. Las estafas de phishing, smishing y vishing son más fuertes que nunca.
¿Pero sabes cómo diferenciarlos?
Para ayudar a identificar estas estafas que se han vuelto más constantes, hemos realizado una breve descripción de cada una:
Phishing: el término proviene de la palabra inglesa fishing, que significa pesca. Esta amenaza consiste en mensajes falsos para cometer un fraude, de ahí el cambio de la P por la F (de Fraude), enviados por delincuentes que se hacen pasar por empresas o personas de confianza. Lanzan el anzuelo y las víctimas a menudo se enganchan.
¿Recibió un correo electrónico extremadamente urgente del banco diciendo que su cuenta estaría bloqueada? ¿O una oferta de una empresa conocida con una oferta de pocas horas de validez para aprovechar? Si alguna vez recibió un mensaje pidiéndole que actúe con rapidez, probablemente ya entienda qué es el phishing.
Smishing: es un tipo de phishing realizado por SMS (por esta razón, la S en lugar de la P) y mensajes de texto enviados al teléfono celular. Estos mensajes generalmente le piden que haga clic en un enlace y que complete un formulario o responda al mensaje. Pueden hablar, por ejemplo, sobre la necesidad de actualizar sus datos o la oportunidad de canjear un premio imperdible.
Vishing: es el tercer tipo de phishing, que se realiza a través de llamadas telefónicas (Phishing por voz). Utilizando técnicas de ingeniería social, los atacantes buscan convencer a las víctimas de que entreguen sus datos.
Los delincuentes se están aprovechando del miedo global al coronavirus, creando sitios web falsos que prometen vacunas, kits de prueba y una cura para COVID-19. Es importante tener cuidado con los sitios que solicitan dinero para comprar estos artículos que la sociedad busca cada vez más. Las direcciones falsas también abren la oportunidad de infectar computadoras, tabletas y teléfonos con malware, es decir, software malicioso diseñado para recopilar suficiente información para tomar el control de una cuenta corriente.
Las estafas entre vendedores y compradores también son comunes, utilizando aplicaciones de pago o transferencias inmediatas, realizadas por TED. Con la pandemia, los estafadores están “vendiendo” productos de alta demanda, utilizando medios de pago que hacen que sea difícil o imposible rastrear o identificar personas.
Pero crímenes como este no están restringidos a individuos. Varias empresas pueden ser blanco de delincuentes que quieren aprovechar este momento para tratar de obtener información confidencial, llevando a cabo ataques cibernéticos y exponiendo información estratégica. Por esta razón es de vital la importancia invertir en soluciones de seguridad capaces de realizar la gestión de riesgos y prevenir ataques que puedan comprometer su negocio y, en consecuencia, la relación con su cliente.
El coronavirus generó ansiedad y miedo. Los estafadores lo saben y tratan de aprovechar la situación. En esos momentos, es esencial mantener la calma para no caer en sus ataques. Si duda del destinatario o la información en los mensajes, tenga cuidado y actúe con precaución.
(*) Joel Nunes es un consultor de preventa de NICE Actimize, una compañía que sirve a más de 400 clientes en todo el mundo con soluciones de software para gestionar el riesgo de fraude, combatir el lavado de dinero y el terrorismo.