Raymundo Barradas.
Veracruz, Ver.- El Colegio de Marinos Mercantes de Veracruz, combatió con argumentos sólidos, en el parlamento abierto convocado por diputados, su oposición a que la Secretaría de Marina-Armada de México tenga el control de los puertos del país.
Rubén Darío Santiago Carrillo, presidente del Colegio de Marinos Mercantes de Veracruz, sostuvo durante su intervención en el parlamento abierto que fue convocado por la Cámara de Diputados que, para su formación, los planes de estudio de las tres Escuelas Náuticas de Mazatlán, Veracruz y de Tampico, cumplen con los requisitos de la Secretaría de Educación Pública.
Pero además con la Convención Internacional en Estándares de Formación, Certificación y Vigilancia para la gente de mar (STCW), de la Organización Marítima Internacional, donde se reglamentan los estándares de cualificación mínima que deben cumplir oficiales y demás personal de la Marina Mercante, lo cual significa que se encuentran actualizados.
Los egresados, “Podemos operar y dar mantenimiento al equipamiento de los buques de carga general, graneleros, porta contenedores, buques de trasporte rodado, pasajeros, remolcadores; y en su tiempo los buques especializados en el transporte de petroquímicos y gases de la flota de Pemex”.
Los oficiales de la Marina Mercante Mexicana son operadores de diferentes tipos de embarcaciones que proporcionan un invaluable apoyo a la industria petrolera costa afuera, incluso hace años existía un programa de visitas por parte de alumnos de la Heroica Escuela Naval para prácticas en simuladores de navegación de la Escuela Náutica de Veracruz.
Acusó al Almirante Arellano, de la SEMAR, de minimizar el número de los representantes de los Colegios de Marinos Mercantes y aduce que el 90 o 98% de sus integrantes se encuentra en situación de retiro, lo cual no cierto del todo y, además, el grueso de compañeros, que son oficiales de cubierta y máquinas, se encuentran a bordo de embarcaciones de la flota mercante nacional y en buques extranjeros, todos y cada uno avalados por una cédula profesional.
Sostuvo que la formación de un Marino Mercante está llena de sacrificios económicos desde el primer momento del ingreso a la Escuela Náutica, generando una erogación de recursos para nuestros tutores durante el tiempo de nuestra formación y que continua una vez que egresamos, pues el costo de los cursos de capacitación para nuestro ascensos y actualizaciones corren por parte del marino, incluyendo el tiempo y la estadía en tierra por la duración del curso en el cual no recibe remuneración alguna.
Un oficial de la Marina Mercante requiere, para obtener el primer título de piloto o maquinista naval, navegar por lo menos 360 días (singladuras), esto sin contar las estadías en puerto y cada nuevo ascenso requiere navegar por un mínimo 3 años para obtener el título de Capitán de Marina o 1er Oficial de Máquinas y, de igual manera, otros tres años navegados para alcanzar el grado de Capitán de Altura o Jefe de Máquinas y así navegar hasta su retiro.
En cambio, los marinos militares, desde su educación, formación y todo ese proceso de la capacitación, está garantizado por un presupuesto federal, “Nosotros no somos hijos del erario y las barras, los sargazos y laureles de nuestras insignias son fruto de cada día en la mar y no sentados frente a un escritorio”, le refutó.
En lo único en lo que coincidieron es que, efectivamente, la Marina Mercante está desatendida por los gobernantes que ignoran o disimulan no conocer el potencial del transporte marítimo y su personal. Hoy poco queda de la Marina Mercante y hoy intentan hacerla desaparecer, pues la postura de la Secretaría de Marina es avasallar a la Marina Mercante.
No les importa que las cuestiones de puertos y marina mercante sean asuntos eminentemente civiles y donde no tiene nada que hacer la marina militar, se quieren quedar a toda costa con el control de los puertos del país.