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Raymundo Barradas.
Valencia, España.- El Puerto de Valencia está cada vez más cerca de electrificar sus muelles para que los barcos que atraquen produzcan cero emisiones durante su estancia. Un objetivo que, en el caso de Valenciaport, va más allá para pasar de un puerto ecoeficiente a un puerto completamente verde en 2030.
La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha adjudicado las obras de la nueva subestación eléctrica que comenzarán a ejecutarse en las próximas semanas. Valenciaport avanza así en la apuesta del Gobierno español de lograr en 2030 que el 100% de los puertos se encuentren electrificados.
Para ello, además de la electrificación de los muelles, se están ejecutando proyectos como el uso del hidrógeno en las instalaciones portuarias, la implantación de placas fotovoltaicas o el uso de aerogeneradores para la obtención de energía eléctrica.
Un compromiso que también está presente en las infraestructuras que está desarrollando la APV como la nueva terminal norte de contenedores y la terminal de pasajeros, que serán un modelo de sostenibilidad ambiental.
En concreto, la APV ya ha adjudicado la construcción de la subestación eléctrica a la empresa Cobra Instalaciones y Servicios por un importe de 5.143.487 euros y un plazo de ejecución de 24 meses; la acometida que permite suministrar una tensión de 132 kV a la nueva subestación por un valor de 2.257.250 a la firma Eiffage Energía, con un tiempo de 8 meses para la realización de las obras; y la dirección de obra y la coordinación de seguridad y salud a Gesman-Coseltel por un montante de 408.538 euros.
La subestación hará posible que los buques se conecten en la red eléctrica general una vez atracados en muelle, utilizando energía limpia. Con ello se eliminará miles de toneladas anuales de gases de efecto invernadero y se reducirán significativamente las emisiones de otras partículas.
La electrificación de las terminales es una de las acciones que están llevando a cabo los recintos portuarios más importantes del mundo y que se suma al compromiso que está realizando el transporte marítimo por la reducción de emisiones y la lucha contra el cambio climático con actuaciones concretas. Entre estas, hay que destacar el uso de combustibles no contaminantes como el hidrógeno o metanol neutro en carbono en los barcos.