Pedro Cruz.
Ciudad de México.- En México, las cuentas de inversión han crecido más del 1000% en los últimos tres años, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). A pesar de este incremento, la proporción de asesores financieros por habitante sigue siendo notablemente baja, con un asesor por cada 900,000 habitantes.
GBM, institución financiera líder en el sector de inversiones, subraya la importancia crucial de la figura del asesor financiero. La percepción común suele centrarse en que el valor de un asesor se mide por su capacidad para seleccionar las inversiones con los mayores rendimientos, sin embargo, esta visión es limitada y no refleja la verdadera propuesta de valor que un asesor financiero puede ofrecer.
“Al igual que un médico es fundamental para el bienestar de la salud física de una persona, un asesor financiero es clave para el bienestar financiero de un individuo o empresa. No obstante, en México, la función de un asesor financiero es a menudo mal entendida. El verdadero valor de un asesor financiero va mucho más allá de simplemente seleccionar las inversiones de acciones y bonos”. El valor está en ayudar al cliente a construir un plan de inversión de acuerdo con sus objetivos y tolerancia al riesgo”, menciona Juan Carlos Herrera, Chief of Advisory and Investment Solutions en GBM.
La estrategia de un asesor financiero efectivo es multifacética y se centra en varios aspectos críticos como son:
Manejo de inversiones: Un asesor puede proporcionar una orientación informada para seleccionar y gestionar inversiones que se alineen con los objetivos de cada persona, considerando factores como el riesgo, el rendimiento, y el plazo de inversión.
Planificación financiera: Los asesores ayudan a los inversionistas a identificar sus metas financieras y a diseñar una estrategia que les permita alcanzarlas. Por ejemplo, los objetivos de corto plazo como ahorrar para un auto pueden requerir inversiones más seguras y líquidas, mientras que los objetivos a largo plazo como la jubilación, pueden beneficiarse de inversiones con mayor rendimiento a largo plazo.
Coaching de comportamiento: Los asesores pueden proporcionar un valor significativo ayudando a los inversionistas a mantener una perspectiva a largo plazo y un enfoque disciplinado en su estrategia de inversión.
Ubicación de activos: La colocación estratégica de inversiones en cuentas gravables o exentas de impuestos puede generar ahorros significativos en impuestos.
Implementación rentable: Los asesores pueden agregar valor mediante la implementación de carteras con productos de inversión eficientes en cuanto a costos.
Rebalanceo: Los asesores financieros periódicamente ajustan la cartera para mantener el perfil de riesgo y retorno deseado.
Estrategia de gasto: Los asesores financieros pueden ayudar a determinar una estrategia óptima de retiro de fondos para minimizar los impuestos pagados a lo largo de la vida del inversionista.
Para cuantificar el impacto que tiene la asesoría financiera, recientemente Vanguard realizó un estudio mostrando que un asesor financiero puede añadir hasta un 3% de rendimiento anual al valor de la cartera del inversionista. Aunque un incremento del 3% puede no parecer significativo en el corto plazo, el impacto compuesto de este aumento es enorme con el paso del tiempo.
“Podríamos poner el ejemplo de una inversión inicial de $100,000 que crece al 5% anual y que se convertiría en $265,330 después de 20 años. Sin embargo, si esa misma inversión creciera al 8% anual (5% más el valor adicional del 3% proporcionado por el asesor), se convertiría en $466,096 después de 20 años. A 30 años, la diferencia es aún más pronunciada: el 5% de crecimiento daría lugar a $432,194, mientras que el 8% de crecimiento resultaría en $1,006,266. Este ejemplo pone de manifiesto el poder del interés compuesto y el impacto significativo que un asesor financiero puede tener en la riqueza de un individuo a largo plazo” añade Herrera.
Con las inversiones más accesibles actualmente, el acompañamiento de un experto es invaluable, sobre todo cuando no se tiene el tiempo suficiente para adquirir un conocimiento avanzado o especializado en un periodo de tiempo corto. Así, los asesores financieros son los traductores de un mundo en el que cada vez existe mayor interés.