Pedro Cruz.
Ciudad de México.- No importa que se trate de un producto alimenticio empaquetado en una bolsita, un auto último modelo, o un garrafón de agua embotellada: si hay mercado, se tiene que atender, y para eso existe la gestión de la cadena de suministro, que comprende el flujo de producción de un bien o servicio e incluye desde los componentes originales, o materia prima, sin procesar hasta la entrega del artículo que necesita el consumidor.
Entonces, para que el cliente reciba un bien, el que sea, todas las empresas cuentan con una red de proveedores que conforman los “eslabones” de una cadena de suministro, que inicia con la participación del fabricante de la materia prima, y termina cuando el vendedor entrega el producto al consumidor.
Sin embargo, como en toda gestión exitosa, la cadena de suministro debe respetar unos procesos preestablecidos y que, en este caso en particular, debe considerar cinco etapas o componentes. Vamos a conocerlos:
- Planeación – Hay que planear y administrar los recursos necesarios para satisfacer la demanda de un producto o servicio, determinando parámetros para medir si la cadena es eficiente, eficaz, ofrece valor y cumple con los objetivos de la empresa. Por aquí se empieza si se busca tener un final feliz.
- Abastecimiento – Se deben elegir proveedores de todos los bienes y servicios necesarios para crear el producto, así como establecer procesos para monitorear las relaciones con los proveedores, como realizar pedidos, recibirlos, administrar el inventario, autorizar los pagos. No se acepta: “me quedó mal el proveedor”.
- Fabricación – Son las actividades necesarias para crear el producto o servicio, incluyendo aceptación de materiales, producción, pruebas de calidad, etiquetado, envío y programación de entrega. Estas pocas palabras resumen los momentos más demandantes y exigen cero distracciones o descuidos.
- Entrega y logística – Se refiere a la coordinación de los pedidos de los clientes junto con la producción, programación de entregas, envío de cargas, facturación y recepción de los pagos. Hay que llegar a tiempo… y cobrar eficientemente.
- Devolución – Se debe tener un proceso para retirar los productos defectuosos, excedentes o no deseados. ¿Y si al cliente no le gusta o se equivocó de talla? Hay que pensar cómo se agiliza el regreso del producto.
Un sistema efectivo de gestión de la cadena de suministro busca lograr una máxima eficiencia en todo el proceso, minimizando costos, desperdicios y el tiempo invertido en el ciclo de producción. De ahí que se recomienda establecer el sistema “just in time” (justo a tiempo), en donde las ventas indican automáticamente las necesidades de reabastecimiento según la demanda.
Además, su gestión eficaz incrementa el valor del ciclo de la propia cadena, ya que analiza tres escenarios: identificación de problemas potenciales, optimización de precios en forma dinámica, y mejoras en la asignación de inventario, apoyándose en herramientas de software analítico que asignan recursos de forma dinámica y programan el trabajo en función del pronóstico de ventas.
Aunado a ello, se pronostica que la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas ayudará en los próximos años a hacer más eficiente la gestión de la cadena. De acuerdo con Blueweave Consulting, el mercado de sistemas de inteligencia artificial para la cadena de suministros era de cinco mil 611 millones de dólares en 2021, y se cuadruplicará a 20 mil 196 millones de dólares para el 2028, ya que ayudará a optimizar inventarios, localizar mejores proveedores, automatizar decisiones y ofrecer analíticos avanzados para la toma de decisiones.
De hecho, las empresas que ya aplican la inteligencia artificial para la gestión de la cadena de suministros han reportado un crecimiento de ingresos mayor que el promedio de su segmento industrial, una reducción del quince por ciento en sus costos de cadena, una reducción del 50 por ciento en inventarios y ciclos de efectivo a efectivo tres veces más cortos.
Por otro lado, aunque para los trabajos internos se puede tener un mejor control de tiempos, procesos y costos, muchas veces todo lo que tiene que ver con cuestiones externas a la empresa, como el abastecimiento y las entregas, requieren también sistemas de control para mantener la mayor eficiencia y que las entregas se realicen en el momento en que deben hacerse.
Para ello también hay algunas herramientas para la planeación y control de estos procesos:
Aplicaciones de navegación – Los vehículos están sujetos a factores que pueden afectar su desplazamiento: embotellamientos de tráfico, descomposturas, el clima. Para tener un mejor control y rehacer las rutas, existen varios sistemas de navegación que ofrecen información y opciones de caminos, desde apps como Waze y Google Maps, hasta sistemas satelitales por GPS y de localización que además reportan en tiempo real la posición y velocidad de los transportes.
Dispositivos de seguimiento – Aunque permiten rastrear los productos durante la etapa de fabricación para verificar su estatus y especificaciones, en la logística se incluye a los que se instalan en los vehículos para seguir continuamente sus actividades, y así determinar y evaluar tiempos de recorrido, si se desvían de la ruta original, si hay variaciones en la velocidad, si está detenido por algún problema técnico o quizá por un asalto.
Telemática – Es la combinación de la informática con la ciencia de las comunicaciones: incluye técnicas, procesos, conocimientos y dispositivos que permiten transmitir datos. Es común que se usen para soluciones telemáticas de flotillas de vehículos, y junto con un software de gestión, pueden coordinar los vehículos y verificar el estado, rentabilidad y productividad de cada uno, conociendo siempre su ubicación, velocidad, tiempos muertos, consumo, fallas, etc.
Etiquetas RFID – Las etiquetas de identificación por radiofrecuencia significan una forma sencilla de identificar productos u objetos de manera inalámbrica. A través de ellas se pueden controlar con mayor facilidad los productos que se envían para entrega, y además que vayan de acuerdo con las órdenes de entrega, completos y en el vehículo correcto, que se entreguen en el lugar indicado, y que registren la hora y lugar de entrega de manera automática.
Última milla – En la cadena logística se entiende como el transporte final de una mercancía, ya sea de la distribución a tiendas o la entrega al cliente final, y se considera a la gestión del transporte desde el último almacén hasta la entrega final. Para esto se deben planear las rutas del transporte para determinar qué se asigna a cada uno; existen programas y dispositivos que ayudan a optimizar este proceso y notificar en tiempo real su progreso y registros de entrega.